2009/04/13

La furiosa escala

Un ojo se escapa del cráneo,

es la vislumbre que quiere oír más allá del tiempo,

su pupila se oxida entre relojes de parpados ciegos,

y la amenaza se reduce a ser un enigma.

El enigma que produce la magia en el mundo.

Frente a este terreno, esta su serenidad

la chispa que lívida, reluce entre labios opacos,

de gentes que no saben mas memorias,

de todo caliciforme espectro de colores,

y almas como las nuestras.

Y nosotros, ¿Qué sabemos?

¿acaso nuestra ignorancia no resuena en el silencio?

Del cosmos, solo se puede esperar otro cosmos,

al que nuestras orbitas vacías habrán de ver como la tierra.

Entre la métrica disconforme con los oídos,

que han huido colina abajo,

malheridos por las aberraciones que pueden producir,

palabras en los labios equivocados,

en el manchado de sangre marfil de un lunático,

sin rima, sin ton ni son,

como su alma,

sin fe,

sin nada

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